Los símbolos religiosos son y deben ser altamente respetados, incluso cuando se va a comercializar con ellos. El regalar colgantes y joyas de Jesús para la comunión ha de revestir para todos los involucrados, varios detalles importantes:
Para el diseñador, creador o empresa fabricante
Entender que está trabajando con un rubro en el cual además de mucha fe y esperanza, hay respeto y hartas susceptibilidades. Que el buen gusto ha de imperar en cual sea la manera artística que se presenten las obras al público.
Como ejemplo, las joyas a la menthe, que indubitablemente noes muestran un trabajo de altísima calidad, precios en extremo razonables y una maestría que hace sentir bien tanto al que lo adquiere como quien lo recibe, además de ser admirados por los diversos públicos que tienen la oportunidad de verles en aparadores, exhibiciones o en páginas web.
Los distribuidores
Las tiendas especializadas en artículos religiosos tienen muy claro que el regalar colgantes y joyas de Jesús para la comunión es una tradición hermosa y que debe significar la bienvenida tanto para los primo comulgantes como para quienes comulgan esporádicamente o constantemente.
En esos instantes, la representación física de con quién quieren mantener contacto para pedir perdón, solicitar ayuda, agradecer o simplemente platicar amable y honestamente, debe pues esa obra significar parte de lo que la persona siente.
Por ende, quienes lo venden, deben mantener una buena y cordial empatía con los adquirientes, no sólo para realizar una venta segura, sino para asegurarse de que exista la conexión real entre la persona, el objeto y el fin que desean darle e/o implícito en la figura celestial representada, símbolo indubitable del cristianismo y que las demás religiones y sectas, respetan.
Entre quienes los adquieren y buscan regalar colgantes y joyas de Jesús para la comunión
Quien regala una reproducción de la imagen más elevada del cristianismo, Jesús de Nazaret ya sea en forma de joya o de colgante, sabe que no será un accesorio o adorno para el hogar.
Será el objeto donde todo lo externo se canalice, tal cual se hace en la mente, alma y corazón cuando se trata de Jesucristo. En él, se encontrará el respeto y un valor mucho mayor al que económicamente pueda esta obra de la joyería, orfebrería y bisutería fina, pueda tener.
Ese valor radica en que quien tuvo el buen gusto y amor por regalar colgantes y joyas de Jesús para la comunión, está obsequiando una forma de comunicarse con los más alto de nuestras vidas, especialmente cuando se requiere de un objeto físico que muestre lo que en realidad habita entre nosotros: el amor por Jesús, Nuestro Señor.
Y, por ende, la persona que recibe tan bello regalo, también recordará, orará y se sentirá en compañía de la persona que le dio tan hermoso y significativo obsequio.
Regalar colgantes y joyas de Jesús para la comunión es pues…
Obsequiar un legado físico, perdurable, valioso más allá de lo que en dinero pueda costar. Es el inicio o prosecución de un legado o tradición dentro de las familias.
Es una forma elegante pero jamás presuntuosa de portar lo que para nosotros es de un valor que va más allá de lo que los seres humanos pueden contabilizar.
Se concatena con el sentido trabajo de esos joyeros artesanales, orfebres, diseñadores de joyas, geólogos y estudiosos de los minerales entre otros, que buscan representar de manera fidedigna, lo que muchos otros, incluso desconocidos para ellos físicamente, sienten.
Eso no es más que el cristianismo que se ve, se oye, se siente y se puede palpar con solo regalar colgantes y joyas de Jesús para la comunión.