El salmo 51 forma parte de un grupo de oraciones escritas por David, pero que destaca del resto porque la escribió en una situación muy particular. Se considera el más eminente de los salmos relacionados con las penitencias, y resulta particularmente expresivo en los deseos de un pecador que se encuentra arrepentido de sus acciones. Es una carta abierta de un ciudadano que perdió el camino y busca redención a través de la presencia del Señor.
El salmo es un registro del arrepentimiento de David por su pecado en el asunto de Urías. Representa la agonía de un alma que se encuentra azotada por las represalias del pecado, y nos ayuda a comprender al más devoto qué tan grande es la misericordia de nuestro Dios, como verá a continuación.
Salmo 51
“1 Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad, por tu gran corazón, borra mi falta.
- Que mi alma quede limpia de malicia, purifícame tú de mi pecado.
- Pues mi falta yo bien la conozco y mi pecado está siempre ante mí;
- contra ti, contra ti sólo pequé, lo que es malo a tus ojos yo lo hice. Por eso en tu sentencia tú eres justo, no hay reproche en el juicio de tus labios.
- Tú ves que malo soy de nacimiento, pecador desde el seno de mi madre.
- Mas tú quieres rectitud de corazón, y me enseñas en secreto lo que es sabio.
- Rocíame con agua, y quedaré limpio; lávame y quedaré más blanco que la nieve.
- Haz que sienta otra vez júbilo y gozo y que bailen los huesos que moliste.
- Aparta tu semblante de mis faltas, borra en mí todo rastro de malicia.
- Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un firme espíritu.
- No me rechaces lejos de tu rostro ni me retires tu espíritu santo.
- Dame tu salvación que regocija, y que un espíritu noble me dé fuerza.
- Mostraré tu camino a los que pecan, a ti se volverán los descarriados.
- Líbrame, oh Dios, de la deuda de sangre, Dios de mi salvación, y aclamará mi lengua tu justicia.
- Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza.
- Un sacrificio no te gustaría, ni querrás si te ofrezco, un holocausto.
- Mi espíritu quebrantado a Dios ofreceré, pues no desdeñas a un corazón contrito.
- Favorece a Sión en tu bondad: reedifica las murallas de Jerusalén;
- Entonces te gustarán los sacrificios, ofrendas y holocaustos que se te deben; entonces ofrecerán novillos en tu altar.»
El salmo atraviesa distintas facetas de David en el arrepentimiento de su pecado y la búsqueda de la misericordia de Dios. Primero confiesa su pecado, luego ora fervientemente por el perdón, la paz de su conciencia y la sabiduría para no pecar más en lo que le queda de vida.
También pide por la libertad de acceso a Dios, prometiendo que hará lo que pueda en su poder por el bien de las almas de los demás y la gloria inmensa.
Significado del Salmo 51
El título hace referencia a una historia triste sobre el salmista que narra la oración, David. Hace referencia a su caída, pero no rendición. Se encuentra golpeado, pero no abatido por completo, ya que Dios lo sostuvo gentilmente y lo levantó en su grandísima misericordia.
El pecado que confiesa David es uno muy grave, relacionado con la esposa de su vecino, el cual no puede hablar sin perder la calma. El libertinaje fue como la entrada a los demás pecado, haciendo referencia a todos los lectores que, no importa qué tan firme te encuentres de pie, debes tener cuidado de no caerte.
De igual modo vemos el arrepentimiento sincero del salmista una vez que fue llevado al ministerio de Natán, quien es un intermediario de Dios para convencerlo de su pecado al que, durante nueve meses, no había expresado remordimiento. Es una lesión importante, porque, aunque Dios permite que su pueblo caiga en el pecado, no tolera que le mientan al respecto.
Una vez que David acepta su pecado, derrama su alma y cuerpo a Dios en cadenas de oraciones para suplicar su misericordia. Comprometió su corazón hacia el Señor supremo sabiendo que él sabría qué hacer. Hay que tener en cuenta que David fue un hombre de gran mérito, había hecho mucho por Dios y este le respondió. Pero también sufrió bastantes tiempos oscuros, y aún así no ofreció equilibrar sus buenas acciones con las malas. Lo que demuestra del carácter del salmista.
En conclusión, el salmo 51 representa es un muestra de que debemos acercarnos a Dios lo ante posible, ya que él no tolerará que se le mienta y aleje por mucho tiempo. También representa la humildad, en el que incluso un hombre con grandes méritos, no cae en el sesgo de pedir un equilibrio de sus acciones. Lo que hay que buscar ahora y siempre es la misericordia de Dios.
Análisis de los versículos del Salmo 51
Versículo del 1-2. El contexto de este salmo ocurre después de que el profeta Natán le dijo a David que él era el hombre que cayó en adulterio y asesinó a su vecino. Por lo que las primeras palabras de la oración hacen referencia al arrepentimiento del Rey y su búsqueda de la misericordia de Dios para que borre y lave su pecado.
Versículo del 3-4. Aquí es donde David se sincera y admite que lo que está hecho, hecho está. El pecado no va desaparecer y siempre estará en su interior. Posteriormente, pasa a confesarlo en vista de justificar sus palabras y ser visto como irreprensible ante la vista de Dios. La lección aquí es que un pecado que no sea confesado, es un pecado que no se va ser perdonado.
Versículo del 5-6. En estos dos se presenta una verdad teológica y es que todos nacemos en pecado o somos pecadores desde el inicio. Una concepción que se ha tenido por el pecado de Adán y Eva en el Jardín de Edén.
Versículo del 7-10. En estos versículos David menciona al Hisopo, una planta que tiene propiedades de limpiezas, lo que se analiza como que él quería ser purgado, lavado y salir completamente limpio de sus pecados. En otras palabras, le ruega a Dios que borre todo pecado de su interior.
Versículo del 11-13. Aquí se nota la preocupación de David a que, uno de los castigos, sea que le quitasen el Espíritu Santo. No es que pensara que estaba perdido, sino que la alegría en su interior había desaparecido. Así que prometió a Dios, una vez que lo limpiara, usaría el resto de su vida para enseñar a los transgresores los caminos que llevan al arrepentimiento.
Versículo del 14-15. Dado que David había cometido adulterio y asesinato, le pedía al Señor que lo liberara de la culpa sangrienta. Con el perdón de Dios, David prometió que cantaría alabanzas por la divina justicia del Señor y escribiría una gran cantidad de salmos en su nombre.
Versículo del 16-17. Es hasta este punto que vemos el verdadero arrepentimiento y la misericordia infinita de Dios. Se evidencia cómo la única ofrenda que exige Dios es la obediencia, que sigamos su camino, por eso es que el rey solo le ofrece un espíritu y corazón que han sido quebrantado. Nada de comida u otro tipo de ofrenda.
Versículo del 18-19. Aunque el anterior hablamos sobre la ofrenda del arrepentimiento y la obediencia, aquí David habla de sacrificios de animales. Sin embargo, hace énfasis en sacrificios correctos, una vez de haber perdido perdón.
En conclusión, el versículo habla de arrepentimiento y el aprendizaje de cuán grande es la misericordia, pero también la obediencia que le debemos a Dios. Si alguna vez cometemos pecado, tenemos que hacérselo saber o no podrás ser lavado y purificado.