San Juan el Evangelista en un santo cristiano, fue el discípulo «más amado por Jesús«.
Juan fue el apóstol más joven de Jesús, por lo menos una docena de años mas joven que el Maestro, el que aparece en muchas imágenes reclinado sobre él.
A pesar de esta imagen que parece la de un hombre débil, la historia de Juan el Apóstol es la de un hombre fuerte, desafiante en su actividad apostólica en los inicios del Cristianismo y defensor implacable de la verdadera fe en Jesús.
Las cualidades de San Juan Evangelista
Juan era el apóstol más joven, pero también quien más elevados conceptos teológicos tuvo para difundir la palabra y obra del Maestro.
La claridad de su testamento es tal, que supone que deriva de un hombre de alta calidad humana, con personalidad fuerte y definida, además de una entrega total a la causa cristiana.
La vida del Apóstol Juan
Juan era oriundo de Galilea, al igual que el apóstol Pedro. Sus padres fueron Zebedeo y Salome, y su hermano Santiago, el mayor.
Si bien era una familia de pescadores, no eran pobres, ya que tenían embarcación propia y gente que trabajaba para ellos.
Toda su familia creía en la causa cristiana, el poder de Jesús y la obra evangelizadora del Maestro y colaboraban con él.
Juan y Santiago son convocados por Jesús para que formaran parte de su grupo de Apóstoles. Jesucristo los llamó Boanerges o “hijos del trueno” (Lucas 9, 54), probablemente a causa de sus temperamentos.
Juan se nombra a sí mismo en el Evangelio como el “discípulo a quien Jesús amaba”, y estuvo con el Maestro en su agonía en el Huerto de los Olivos y en su crucifixión.
El Apóstol Juan permanece en Jerusalén luego de la muerte y resurrección de Cristo.
Muchos años después, en el año 49 cuando San Pablo regresa a Jerusalén, encuentra a Juan y Pedro todavía en este lugar, y los llama las “columnas” de la Iglesia, de hecho se considera a San Pedro, fundador de la Iglesia Católica.
Los destierros de San Juan Evangelista
Sin saber fechas exactas, hubo ciertos hechos que coinciden con la partida de Juan de Jerusalén, a Efeso (Turquía).
La partida de la Santísima Virgen María que él tenía a su cuidado y la guerra del año 66 contra los cristianos de Jerusalén, con la destrucción de la ciudad en manos de ejército romano.
Este hecho supuso la emigración de los cristianos hacia otras ciudades.
Juan también tomó ese camino, siguiendo a los fieles hacia otras regiones para continuar su acción evangelizadora y de difusión de la palabra de Cristo.
La misión de Juan en Efeso
Por otro lado, en Efeso estaba Pablo, con una gran misión evangelizadora, pero en el año 67 fue decapitado en Roma, con lo que la provincia de Asia quedo sin un maestro evangelizador.
Este lugar que lo tomó Juan, erigiéndose como oráculo, teólogo y místico de la fe cristiana en esas tierras.
En este lugar, fue venerado por los fieles, como único apóstol sobreviviente, que conoció a Jesús en vida, presenció sus acciones milagrosas, lo acompañó en su calvario, compartiendo su resurrección y ascenso a los cielos, gozaba de gran autoridad y formó en la fe cristiana a miles de seguidores.
Perseguido durante los reinados de Nerón y Dominicano por formar parte del grupo apostólico y pertenecer a la fe cristiana.
Escribe en el Apocalipsis que fue desterrado luego a Palmos y pudo volver a Efeso con la amnistía general del Emperador Nerva ( año 96-98).
Los escritos de San Papias de Hierápolis, San Policarpo de Esmirna, San Ignacio de Antioquía y San Ireneo de Lyón, son las fuentes testimoniales de los últimos años de la vida del apóstol.
La longevidad de Juan
Se dice que Dios le concedió largos años de vida para sostener el cristianismo ante los horribles embates de los césares romanos, que combatían férreamente el poder de la fe cristiana, con persecuciones, proscripciones y asesinatos.
San Juan tuvo una longevidad extraordinaria, sobreviviendo a todos los apóstoles y fue el único murió de forma natural, sin haber sido martirizado.
Los escritos de San Juan Apóstol
Las obras de Juan están incluidas en el Nuevo Testamento y son el Apocalipsis, el Cuarto Evangelio y tres cartas sobre la vida cristiana.
Son los pilares de la llamada tradición joánica, que es la visión del Apóstol sobre el cristianismo.
Los escritos de Juan son fundamentalmente cristocentricos.
La figura de Jesus-hombre, revelador del Padre, Hijo de Dios es la centralidad, la luz del mundo y la guía del destino de los hombres por el camino de Dios.
La Última Cena
Juan y Pedro fueron los encargados de preparar la ultima cena, estos dos amigos y paisanos aparecen juntos en muchos hitos del cristianismo.
El día de la resurrección, durante el juicio a Jesús, y en la ultima cena son quienes comparten con Jesuscristo el descubrimiento de la traición de Judas.
La encomendación de la Madre María
Juan fue el elegido por Jesucristo para encargarle el cuidado de su Madre, cuando estaba crucificado. San Juan se hizo cargo del cuidado de la Madre María.
Fue el primer discípulo que la llevo a su casa para honrarla, servirla y cuidarla luego de la muerte de Jesús.
El Maestro murmuró desde la cruz, en presencia de las mujeres piadosas “He aquí a tu hijo”, diciéndole a su madre que así lo considere a Juan.
El Evangelista Milagroso
Se dice de Juan, que pudo resucitar a un muerto y que él mismo salió milagrosamente ileso cuando fue sumergido en aceite hirviendo cuando fue llevado a Roma.
Si bien estos hechos no tienen ninguna confirmación, la Iglesia Romana celebra la fiesta con el nombre de «San Juan ante portam Latinam».
San Agustín refiere en sus escritos que en el sepulcro de San Juan, se veía “palpitar” la tierra, como si el Apóstol todavía quisiera seguir transmitiendo su fe en Cristo después de su muerte.
San Juan Evangelista sirvió con devoción a misión evangelizadora de la causa de Jesús, encontró en las enseñanzas y milagros del Maestro la gran revelación que transformó su vida.
El apóstol San Juan llevó la Palabra a otras tierras para revelar a los fieles que Jesucristo fue el Hijo de Dios, la Verdad, la Luz, la Vida y el Amor.